¿Te has detenido un segundo a pensar si de verdad te importan tus colaboradores, clientes, proveedores, accionistas, tus compañeros de trabajo y todas las personas vinculadas a tu negocio?
Pero ¿te importan por lo que obtienes de ellos o por ellos mismos?
¿Te convence la calidad de relación que sostienen actualmente?
¿Sabes de lo que te puedes estar perdiendo mientras no logres el siguiente nivel de conexión? ¿Quieres saber cómo llegar ahí?
Pues te felicito por invertir estos minutos en esta lectura. Aquí te diré cómo conseguirlo.
Las personas son lo más importante en las organizaciones.
Si tú eres emprendedor, empresario, o lideras un equipo, sabes que actuando individualmente, pretendiendo asumir todos los roles que requiere el negocio, no puedes llegar tan lejos, ni crecer de la misma forma, que apoyándote en otros. Hacer sinergia y sumar talento, te permite desplegar una mayor capacidad de producción, comercialización o servicio y facilita que logres y superes tus metas en un menor plazo. Así que es cierto. Necesitas de los demás. Da igual el tamaño de tu empresa. Las personas son lo más importante en las organizaciones, esto no lo puedes olvidar.
Puedes pensar en tí mismo y confirmar la teoría. Gracias a tí, a tu trabajo esforzado, a tu talento, ¡a la pasión y compromiso con que lo ejecutas!, tu empresa, da resultados, alcanza metas y genera valor. ¡Claro que eres valioso!
¡Pero… cuidado!. Independientemente de la posición que ocupes ahí, no eres ni el único ni el más importante. Perdón por ser franca, te lo digo con respeto.
Para lograr conectar o hacerlo de una mejor manera, te invito primero a contestar esta pregunta ¿qué tienen en común y qué diferencia a los personajes que rondan en tu ámbito laboral?
Cada uno desempeña un rol distinto en este gran juego de intercambio en el que interactuamos continuamente, y cada uno de ellos es una persona.
Sí, PERSONA. ¿pero tú qué entiendes por persona? Este no es un concepto en el que ahondamos frecuentemente. Y suponemos que todos entendemos lo mismo con esta palabra. Sin embargo, resulta que no. Yaaa lo he comprobado.
Su significado suele reducirse a lo obvio, /y la persona es mucho más!
Que tengas presente esos aspectos sutiles es capital para conectar de forma importante.
Por eso hoy, quiero aprovechar este espacio, para ayudarte a descubrir eso que no todos ven! y profundizar en lo que la persona es, intentado abordarlo de forma holística.
Te aseguro que lo que descubrirás en estos pocos minutos, te permitirá ver desde una óptica diferente a quienes te rodean.
¿Te has fijado que en este mundo, multicultural, cada ser humano es único e irrepetible?. Por más lejos que viajes, no vas a encontrar dos ejemplares iguales,… para bien o para mal. Cada quien es un modelo artesanal. Me gusta pensar que cada individuo rompe su molde. Imagínate la enorme pluralidad y riqueza que, gracias a esto, existe en la sociedad en que vivimos.
Una de las características de la persona es ser inteligente, significa que tiene la capacidad de conocer, comprender, leer entre líneas, aprender, pensar antes de actuar, resolver problemas y rectificar al equivocarse.
Siempre busca la verdad. A nadie le gusta que le digan mentiras, ¿te acuerdas lo frustrante que fue descubrir que alguien de tu entorno laboral o personal, no había sido sincero contigo?.
Nuestra inteligencia quiere entender el mundo que nos rodea, ¡tiene curiosidad! ¡y explora nuevas vías!, ¡inventa formas distintas de hacer y de comunicar.!
¿Qué tan seguido descubres en tu mente estas ideas: “nadie piensa mejor que yo” o “mis aportaciones son las buenas”, (como si fueran las únicas correctas, adecuadas o valiosas) y esta otra frase “los demás no tienen ni idea”? Con estas creencias, inconscientemente, te autolimitas, construyes una barrera con tu interlocutor y se esfuma la posibilidad de que tu horizonte crezca, pues te quedas del otro lado del muro, encerrado, en tu propio mundo. Por el contrario, dos poderosas herramientas para ampliar tu visión son: ejercitarte en el arte de hacer buenas preguntas y practicar la escucha activa.
Además de inteligencia, la persona cuenta con voluntad propia. ¿De qué te serviría ser muy inteligente, creativo, innovador o estratégico, si no tuvieras la fuerza de voluntad para llevar a cabo con constancia y empeño, las acciones que te permitan desarrollar ese proyecto y alcanzar lo que te has propuesto? y hacerlo, ¡a pesar de las dificultades que se presentan diariamente!
La voluntad quiere siempre el bien y se fortalece cuando, un día sí y otro también, repites acciones buenas, hasta convertirlas en hábitos, forjando así una forma virtuosa de ser.
Te pongo un ejemplo: servir a los demás.
Resolverle una necesidad a alguien, una sola vez, no te da esa competencia, pero si te esmeras en mantener una actitud constante de servicio con quienes te relacionas, cuando tienes ganas y sin ellas, independientemente de si esa otra persona te cae bien o mal, o si consideras que se merece tu ayuda o no; vas adquiriendo esa nueva forma de ser servicial, que resulta tan atractiva en cualquier ámbito.
Hay un libro de Enrique Rojas, titulado “La conquista de la voluntad”, que da la pauta para saber cómo superar la tendencia que todos tenemos, a dejarnos llevar por lo cómodo y placentero, y que, sin darnos cuenta, nos convierte en personas débiles.
Cuando tienes educada la voluntad puedes desarrollar esas habilidades especiales que requieres en tu vida, para tratar con todo tipo de gente. Practicar intencionalmente, de forma habitual, las 5 acciones que te diré al final de este podcast te resultará útil para fortalecer tu voluntad.
Es fundamental tener en cuenta que todas las personas, al igual que tú, son libres, sociales, relacionales. Necesitan afecto y reconocimiento. Tienen sueños, aspiraciones y proyectos personales, familiares y profesionales. Y una creciente capacidad de amar.
Cada uno cuenta con una personalidad forjada a lo largo de su vida, a través de decisiones tomadas y lecciones aprendidas. Es un ser con la experiencia de su pasado, trabajando tenazmente en el presente, de cara al futuro. Es alguien y no algo, con nombre propio y rostro. Un ser integrado de cuerpo y espíritu.
Cada persona, al igual que tú, tiene un propósito de vida muy suyo y enormes deseos de felicidad. En la medida en que tú conozcas el proyecto de vida que los demás tienen, y aquello que los hace felices, podrás entender y satisfacer mejor sus necesidades y esto te permitirá crear vínculos de mejor calidad.
Por eso te invito a ver a cada persona con la que coincidas hoy y mañana y después, como una joya exclusiva, como un tesoro invaluable.
¿Te ha pasado alguna vez que, al conocer a alguien, generas un concepto de él o de ella por su aspecto físico, por cómo se viste, por su carro o la colonia en la que vive; por su función o puesto dentro de la empresa, y en tu mente les vas catalogando en compartimentos diferentes?
Las relaciones se empobrecen cuando apreciamos a las personas por lo que tienen y hacen, o incluso por lo que recibimos de ellas, como si fueran simples seres transaccionales, y no, principalmente, por quienes son en sí mismas, valorando su inteligencia, su voluntad, su libertad y todo dicho.
Los humanos somos mucho más que una sumatoria de conocimientos, habilidades y aptitudes. ¡Tenemos un mundo interior riquísimo!
Cuando los demás saben y sienten que te importan, que los valoras por lo que ellos son, que valoras su pensamiento, su dedicación, su forma de ser y de hacer, como algo único, lleno de bondad y de belleza propias, entonces su lealtad y compromiso crecen, y esto se refleja en resultados que impactan positivamente en tu empresa, tanto en los números como en el ambiente, el espíritu de equipo y el sentido de pertenencia. ¿Quieres saber cómo conseguirlo?
Estas son 5 acciones concretas, que puedes incorporar en tu día a día para conectar de una manera efectiva con las personas que te rodean:
Número 1.
- Salúdalos por su nombre. Es elemental para hacerle ver a esa persona que sabes con quién estás hablando y que no es un desconocido para ti.
- Haz contacto visual, al menos, durante 5 segundos. Date cuenta de que estás frente a ese ser complejo y maravilloso del que te hablé y no lo ignores como si fuera un insensible poste de luz.
- Sonríe y muestra respeto. Acoger con una sonrisa se convierte en la llave mágica para entablar una mejor relación.
- Interésate por su salud, su familia y sus hobbies, esto te ayudará a ser consciente de su entorno y a desarrollar la empatía que requieres. Y
- Pregúntales en qué puedes ayudarles hoy. Hazles saber que estás disponible, que pueden contar contigo. Esto acorta distancias y abre puertas.
Viviendo estas 5 acciones en tu empresa, inmediatamente estarás generando en ella mayor valor.
La mejora continua empieza en ti, así que regálate la oportunidad de descubrir la grandeza que cada persona guarda en su interior.
Si valorar a las personas por lo que son te hace sentido, te invito a vivirlo de lleno, con sinceridad!, de corazón!, como una nueva forma de ser!, y practícalo en todos los ámbitos de tu vida, empieza con tu familia. Te van a encantar los resultados que obtendrás!
Puede ser que al principio no te salga natural vivir estas 5 acciones, o que lo consigas un día sí y otro no. Te animo a perseverar con decisión. Hoy te has propuesto ser una mejor versión de ti mismo y eso bien vale el esfuerzo.
Maya Angelou dijo: “Las personas olvidarán lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.”
Llegamos al final de este artículo, ahora estás listo para conectar mejor con las personas que son clave para ti!!


