Decir “gracias” y ser agradecido no es lo mismo.
Hace poco escuchaba contar a Carlos Bremer, presidente y director general de Value Grupo Financiero, la razón por la que participaba en Shark Tank México. Carlos cuenta que cuando tenía 12 o 13 años hacía pequeños negocios y encontró mucha gente muy buena que lo apoyó.
Cuenta que vendía calculadoras a las empresas, en Navidad.
-Llegaba con los empresarios y le preguntaban: bueno ¿y cuánto te vas a ganar aquí?
– Él contestaba: Pues, 4 dlls,
-¿Y cuantas tienes?, le preguntaban,
-5000,
-¿Y cuántas me quieres vender a mí ?
-Pues 200 o 300, no sé las que me quieran comprar, respondía
Y aquellos empresarios le hacían el cheque por la diferencia y le decían, -No las necesito, pero sí me gusta que los jóvenes estén tratando de salir adelante. Eso se le quedó muy grabado.
Por otro lado conserva el recuerdo de su papá, que apoyaba a las ligas pequeñas de beisbol. Hacían los uniformes para 50 ligas y solo le cobraba a 2, cuando le preguntó a su papá la razón. Su padre le explicó que eran las únicas 2 ligas que podían pagar. Bremer, es ahora un apasionado de la responsabilidad social vinculada al deporte y apoya a muchos atletas.
Lo que le convenció a colaborar en Shark tank México. a pesar de tener una apretada agenda, fue el tener así la oportunidad de apoyar a los jóvenes con sus ideas y señalarles como mejorar esos proyectos, porque a él lo apoyaron de joven.
Esta forma de agradecer me recordó otra historia.
En el año 2000 inició en Artega, Coah, la escuela en servicios de hospitalidad, El Pinar. Muchas de las alumnas que se inscribieron, procedían de comunidades rurales. Yo conocía a una de ellas, Elizabeth, que venía de Tantoyuca, Veracruz, y me pidió que le ayudara a conseguir una beca de estudios para los dos años que duraba la carrera técnica. Sus papás no contaban con esos recursos y de otra forma no podía estudiar ahí.
Recuerdo que en esos días fui a una cita médica. Al terminar la consulta le platiqué al doctor sobre esta situación y le pregunté si le gustaría ayudar a esta niña. El doctor se quedó pensativo por unos segundos, me miró, y me dijo, sí le voy ayudar, porque a mí también me ayudaron a pagar mis estudios.
Estaba agradecido con Dios y con aquella persona que le había ayudado. Y para mi sorpresa, no sólo becó a una alumna. Cuando se graduó Elizabeth, le propuse ayudar a otra alumna y aceptó. La historia se repitió varias veces. Durante 18 años estuvo pagando mes con mes, -con sacrificio personal- , aquella colegiatura, viendo graduarse a una alumna detrás de otra. Y encima me agradecía el darle la oportunidad de poder compensar, de esa manera, el favor que él había recibido.
Esto es agradecimiento puro y no broma. Otro podría haberse olvidado de lo que había recibido hacía años y no sentirse con esa deuda moral.
Vale la pena detenerse un segundo, y pensar cómo es tu agradecimiento. ¿Sueles decir “gracias” por educación, por mero formalismo, por ser una práctica convencional, o lo haces porque en realidad estimas y reconoces el bien o servicio que recibes; porque valoras el esfuerzo, la generosidad, el cariño o el compromiso de la persona que te lo ha brindado?
Como mencioné en el episodio anterior, es una manifestación de humildad reconocer tus propios límites, y es esta misma actitud la que te lleva a apreciar todo lo que ahora tienes y lo que obtienes de otras personas.
Cuando visualizas la inmensa cantidad de cosas, situaciones y logros que has obtenido a lo largo de tu trayectoria, puedes considerarte realmente afortunado, pues aquello no lo tendrías si todo hubiera dependido sólo de ti y de tus fuerzas. O. al menos, no lo habrías tenido en el tiempo y forma en que lo has conseguido.
Detrás de todo aquello encuentras una larga cadena de personas que -sin saberlo tal vez-, han estado invirtiendo su tiempo y esfuerzo, incluso también otros recursos, en beneficio tuyo.
Detrás de tu desayuno está el trabajo del agricultor, del granjero, el molinero, el comerciante, el transportista, y de los empleados de la tienda donde lo adquiriste y de otros más. Si contáramos cuánta gente nos sirve directa e indirectamente en un solo día de nuestra vida, no podríamos más que sentir puro agradecimiento.
Así puedes continuar dando gracias y sintiéndote afortunado, cada minuto del día, cada día de tu vida, por una lista sin fin de cosas tan variadas como la casa en la que vives, la cama en la que duermes, la regadera con agua caliente, el medio de transporte que empleas, el escritorio en el que trabajas y tantas más, además del agradecimiento por tus familiares y las personas que te rodean y te quieren.
Ser consciente de estas “pequeñas cosas” puede llenarte de felicidad y constituir un motivo para mantener una actitud positiva ante la vida y hacia los demás.
En muchas ocasiones, nuestra falta de gratitud es resultado de la falta de reflexión por eso quiero hacerte ahora 10 preguntas que pueden detonar esta actitud.
Para sacarle mayor provecho a este ejercicio, puedes ir deteniendo este audio y contestarlas a tu ritmo.
- ¿Quiénes son las personas por las que estás agradecido en tu vida y por qué?
- ¿Quién es una persona que te desafía a ser mejor?
- ¿Qué pequeño placer experimentas cada día, sin pensar?
- ¿Qué experiencias has tenido que aprecias?
- ¿De qué situaciones recientes has aprendido y te han ayudado a crecer?
- ¿Qué oportunidades tienes por las que estás agradecido?
- ¿En qué eres mejor hoy que hace un año y qué o quienes intervinieron en ello?
- ¿Qué habilidades físicas tienes y das por sentado?
- ¿De cuáles posesiones materiales estás agradecido y por qué?
- ¿Qué puedes agradecer de tu trabajo y por qué?
La gratitud nos permite hacer una pausa en cualquier caos negativo que nos rodee, y tomarnos un momento para enfocarnos simplemente en lo que está funcionando, lo que está yendo bien, algo tan simple como respirar.
En medio de circunstancias estresantes puedes tomar 30 segundos para concentrarte, respirar profundo y reconocer lo agradecido que estás por ocupar una posición en la que tienes el poder de guiar e influir en otros de una manera positiva. Hacer esto te permite enfocarte, ver el camino que hay por delante con mayor claridad y tomar decisiones fundamentales con confianza.
Valorar “lo pequeño” genera en ti esa actitud de agradecimiento hacia tus colaboradores, clientes, proveedores, socios, etc., y esto ha de moverte a querer demostrarles que son importantes para ti y para tu negocio; ¡que quieres que sigan ahí.!
Estoy segura de que quieres ser más agradecido pero ¿sabes cómo dar las gracias?
Lo primero a tener en cuenta es que no se trata de dar las gracias como a tí te gustaría que te las dieran, sino como le gustaría recibirlas al destinatario, sólo sintonizando en ese canal, lograrás tu propósito.
Esto tiene relación con Los 5 lenguajes del amor de Gary Chapman, un libro que vale la pena leer.
Las personas al ser distintas, tenemos también diferentes modos de manifestar y percibir el afecto. No todos nos sentimos valorados con las mismas muestras de aprecio, esto hace que resulte importante conocer y sintonizar en el canal de cada quien al agradecer.
Una forma de agradecer es decir palabras de reconocimiento, hay quienes desean escuchar tal cual el “gracias”. Algunos prefieren recibir estas palabras en público, o través de las redes sociales, a otros les gusta leerlo en una nota personalizada, ya sea escrita de tu puño y letra, o en un whatsapp.
Trata de no caer en un genérico “gracias por todo” que puede no sonar auténtico.
Agradecer cosas específicas comunica que verdaderamente te diste cuenta de aquella contribución personal, y a la vez, sirve para proporcionar un feedback con el que señalas el camino para el futuro.
Cuando des las gracias, no te centres en ti, en lo feliz que te hizo o en lo mucho que te ayudó su trabajo, ¡hasta en eso se cuela la tendencia a hablar de uno mismo! Mejor agrega valor a la otra persona. Dirige el agradecimiento reconociendo sus cualidades, subraya su talento, su esfuerzo. “Qué bien te quedó esto”, “Eres muy creativa”.
También conviene fomentar la horizontalidad en el reconocimiento. Que unos compañeros se sientan reconocidos por otros en el equipo, crea enlaces fuertes entre ellos y permite construir un estupendo ambiente laboral, donde se sienten cómodos trabajando ya que también favorece la comunicación en el grupo y se propician contribuciones ricas y comprometidas de los miembros al equipo.
Muchas personas se sienten valoradas cuando haces algo por ellas, cuando les prestas un servicio o les facilitas algo. Cuando les echas una mano con un proyecto o con un reto personal que intentan conseguir o tienes con ellas un gesto amable.
Otros valorarán que les dediques tiempo de calidad y platiques con ellos sobre algo de su interés, que puede ser relacionado, o no, con el trabajo. Asegurarte de que cada uno se sienta escuchado, es parte de la expresión de gratitud, manifiesta tu valor y aprecio.
Hacer regalos es otra manera de comunicar agradecimiento. No necesariamente deben ser objetos costosos, pero sí que sean significativos. Puede ser algo que el destinatario pueda seguir viendo y le recuerde ese momento en el que se le reconoció por su contribución. También puedes regalar experiencias que se vivan con otras personas de la empresa o con la propia familia.
Está comprobado que las personas agradecidas desarrollan una actitud positiva, son más conscientes del mundo que los rodea y son más felices. Además, ser agradecido tiene también grandes beneficios en tu organización, fortalece lazos, fomenta una actitud corporativa positiva, aumenta el compromiso, el sentido de pertenencia, la productividad. Genera lealtad a largo plazo y las partes interesadas se convierten en apasionados embajadores de tu marca, creando a la vez clientes satisfechos y crecimiento del negocio.
Te propongo un reto extremo, es difícil pero no imposible.
En las próximas 24 horas da gracias por todo: cuando enciendas la luz, por la bendición de tener electricidad, cuando uses la computadora, por poder agilizar tu trabajo en ella , cuando comas, por poder alimentarte, cuando estés con tu familia, por tenerlos, y así mil cosas, durante un día entero, da gracias a Dios, o la vida, por todo.
Comprobarás por ti mismo que, entre otros efectos, estarás de mejor humor y tendrás más serenidad para atender lo que se presente.

