En cualquier ámbito, ya sea en tu entorno laboral, tu familia o un grupo de amigos, la comunicación es clave.
Es esencial poder dialogar con quienes interactúas y llegar a acuerdos que beneficien a todos. Para hacerlo con eficacia, debes estar abierto a escuchar, me refiero a escuchar para entender lo que dice la otra persona, y no sólo para responder.
Escuchar activamente implica prestar atención a las palabras que se utilizan identificando los sentimientos y motivaciones subyacentes de por qué alguien está diciendo algo.
Exploremos cómo la escucha activa puede ayudar a mejorar la comunicación en el lugar de trabajo.
¿En qué consiste la escucha activa?
Escuchar activamente implica algo más que oír lo que alguien dice. Requiere comprometerse activamente con él haciéndole preguntas y aportando comentarios cuando proceda, sin ponerse a la defensiva ni interrumpir su línea de pensamiento.
También hay que demostrar interés por lo que alguien ha dicho, manteniendo el contacto visual y utilizando el lenguaje corporal, como asentir con la cabeza o sonreír cuando proceda.
Lo más importante, sin embargo, es dedicar tiempo a entender de verdad lo que ha dicho la otra persona antes de responder: esto le demostrará que su opinión importa y fomentará un diálogo productivo entre las dos partes implicadas.
¿A qué palabras hay que prestar atención?
Al escuchar activamente, hay ciertas palabras clave que deberían destacar más que otras. Entre ellas están los verbos, los sentimientos y las razones.
- Escucha los verbos
Los verbos indican acción: indican exactamente lo que hay que hacer o cambiar para llegar a un acuerdo entre dos personas (o grupos).
Cuando escuche activamente, preste especial atención a los verbos, ya que a menudo contienen información vital sobre posibles cambios de comportamiento o acciones que deben llevarse a cabo para llegar a un acuerdo entre dos personas (o grupos).
Algunos ejemplos de verbos son “discutir” (hablar de un tema), “reconocer” (reconocer algo como válido), “aclarar” (explicar algo con más detalle), “llegar a un acuerdo” (acordar términos que implican concesiones por ambas partes), etc.
Prestando mucha atención a los verbos utilizados por otra persona durante la conversación, se pueden identificar rápidamente las áreas en las que puede ser necesario llegar a un acuerdo o en las que la discusión puede necesitar aclaraciones antes de llegar a un acuerdo satisfactorio.
- Escucha los sentimientos
Los sentimientos indican emoción: te dicen cómo se siente una persona con respecto a algo basándose en sus propias experiencias personales, valores, creencias, etc…
Cuando escuches activamente, presta especial atención a los sentimientos porque pueden pueden ofrecer una ventana a lo que motiva el comportamiento o el punto de vista de otra persona.
Algunos ejemplos de emociones son “confuso” (sentirse inseguro sobre algo), “animado” (sentirse inspirado por el éxito de otra persona), “frustrado” (sentirse enfadado por la dificultad de alcanzar un objetivo), etc…
Si se presta atención a las emociones expresadas por otra persona durante la conversación, se pueden identificar rápidamente las áreas en las que es necesario comprender antes de llegar a un acuerdo con éxito.
- Escucha las razones
Las razones indican el contexto: te dicen por qué alguien cree algo o elige ciertas palabras durante la conversación basándose en sus propias experiencias personales/valores/creencias/etc.
Cuando escuches activamente, presta especial atención a las razones porque ofrecen información valiosa sobre posibles soluciones que podrían satisfacer a ambas partes implicadas en un proceso de acuerdo.
Ejemplos de razones son “porque quiero que se escuche mi opinión” (necesidad de reconocimiento), “porque no tengo recursos suficientes” (necesidad de apoyo/recursos), “porque no confío en ellos” (necesidad de generar confianza).
Prestando especial atención a las razones esgrimidas por otra persona durante la conversación, se pueden identificar rápidamente las áreas en las que puede ser necesario ceder antes de llegar a un acuerdo satisfactorio.
Conclusión:
Escuchar atentamente es esencial si quieres que tus conversaciones profesionales y/o personales -ya se trate de discusiones para resolver problemas o de llegar a acuerdos- sean fructíferas .
La escucha activa requiere que te centres no sólo en comprender el contenido que se comunica, sino también en reconocer los sentimientos y motivaciones subyacentes a lo que alguien dice.
Hacerlo te permitirá resolver mejor los conflictos , fomentar una mayor colaboración , construir relaciones más sólidas , aumentar la productividad , etc .
Por lo tanto, ¡esfuérzate siempre por ser mejor escuchando! De este modo, tendrás más éxito en tus conversaciones y llegarás más rápidamente a acuerdos beneficiosos. Ponlo en práctica y me cuentas de cómo te fue escribiendo a hola@fatimaaguirreconsultora.com . . Me dará gusto conocer tus resultados.


